A comienzos de 1968, a pesar de la asignación de sustanciales
partidas presupuestarias para el Ministerio de Educación, surgió una creciente
inquietud entre los estudiantes franceses, quienes criticaban la incapacidad
del anticuado sistema universitario para dar salida al mundo laboral a un
número, cada vez más elevado, de licenciados. Al mismo tiempo, diversos
grupúsculos inspirados por las ideologías anarquistas, trotskista y maoísta,
manifestaron su oposición a la sociedad capitalista y al consumismo.
Estudiantes de sociología de la Universidad de Nanterre, próxima a
París, fueron particularmente activos y proclamaron que la universidad debía
convertirse en el centro de la revolución contra el capitalismo; su ocupación
del campus provocó la clausura de la universidad a finales de abril, por lo que
decidieron reunirse en la Sorbona. Al temer violentos enfrentamientos entre
grupos de derecha e izquierda, se pidió la intervención de la policía, violando
así la autonomía gubernativa de la universidad y su condición de lugar donde
puede exponerse con total libertad cualquier expresión. A consecuencia de todo
ello, los sindicatos de estudiantes y profesores convocaron una huelga general.
Después de una semana en la que las manifestaciones estudiantiles fueron
duramente reprimidas por la policía, los sindicatos obreros convocaron una
huelga general para el 13 de mayo. Nueve millones de trabajadores respondieron
a este llamamiento.